Pensar que las personas somos buenas o malas es un error que se origina en asumir que tenemos una sola cara. Lo que ocurre es que hay uno de nuestros dos lados que es más visible que el otro, pero esto no quiere decir que su opuesto no exista. Te proponemos descubrir lo bueno y lo malo que hay en Virgo.
Lo mejor de Virgo.
Practicidad: si necesitas en tu vida alguien que te muestre el camino más sencillo para llevar adelante tus obligaciones de la mejor forma posible, estás con el representante zodiacal correcto. ¿No hay nada para cenar? Pero hay tomates, algo de harina y un sobre de levadura... ¡entonces hay pizza! Jamás se complican la vida por nada porque consideran que el mundo es un lugar muy práctico y cómodo en el cual vivir.
Lógica: analizan absolutamente todo, por eso es que no siempre resultan de los más divertidos de la rueda zodiacal. Antes de contarles tus ideas o incluso un chiste, asegúrate de que no hay vacíos en su lógica, ya que Virgo lo detectará y te aguará la fiesta si más.
Perfeccionismo: si tomamos esta característica como la puerta de acceso a que todo salga lo mejor posible, entonces no la encontraremos molesta. Es verdad que no resulta muy atractivo tener a alguien detrás nuestro que nos diga que lo hemos hecho mal; llega un momento que su voz se fusiona con la nuestra y terminamos confundiéndola con la voz de la conciencia. Sin embargo, una vez que hayamos seguido sus recomendaciones, notaremos que hemos mejorado en absolutamente todo.
Lo peor de Virgo.
Quisquillosos: es difícil lograr que se relajen y se sientan a gusto. Siempre encuentran motivos para manifestar pequeñas molestias y lo peor del asunto es que las dirigirá directamente a quien se encuentre a su lado.
Criticones: se quejan y critican todo lo que existe. Es difícil que algo les venga bien, ya que son inconformistas natos. Así es que tanto las creaciones de la naturaleza, tales como el clima, la playa y la montaña, como las obras de las personas, como por ejemplo una película o una obra de teatro, nunca llegan a cumplir con sus elevadas expectativas. Lo peor es que no pueden callarlo y guardar ese malestar, sino que necesitan hacerle saber a todos lo horrible que es la lluvia y lo aburrida que fue la obra teatral que fue a ver el sábado.
No aceptan sus propios errores: los profesionales en encontrar el error en los demás son tremendamente reticentes a admitir sus propias equivocaciones. Y no se trata de que no lo puedan detectar, sino de que no están para nada dispuestos a admitir que se equivocaron, ni siquiera cuando intentan probárselo con evidencias. Dado que con la naturaleza del zodiaco no se puede luchar, lo mejor es que si deseas llevarte bien con el hijo de la virgen, no machaques en lo que le ha salido mal, ya que quien saldrá de su vida para siempre serás tú. Si quieres saber algo, te contamos que no hay peor crítico de un Virgo que ellos mismos, pero a pesar de en el fondo saben que han estado mal... ¡admitirlo jamás!
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